Capitulo 3

Relato de Katrina

Whitin Temptation: Say me name


                ¿Cuánto tiempo había pasado? Era incapaz de preverlo por más que observase como el tiempo transcurría a través de aquel diminuto ventanal.  
               Sin embargo, sabía que era demasiado tiempo porque éste me resultaba tan lento.
                De repente escuché unos pasos que se acercaban hasta que se detuvieron enfrente de los dos guardias que me custodiaban.
                _ Déjenme ver a la sentenciada. _ Exclamó con firmeza.
                _  Los ancianos nos han dado el permiso de negarle la entrada a cualquier hijo de la noche._ Se negó uno de los guardias.
                _ Tengo un permiso especial.
                Después de varios segundos de silencio, escuché el sonido de las puertas abriéndose. Me incorporé, quedándome sentada en la madera durante varios segundos, a la espera de ver el rostro de la persona que había optado por dedicarme su presencia.  
 Hacía mucho tiempo que no tenía una visita. De hecho, me extrañaba que la Orden hubiese otorgado el permiso a un hijo de la noche para que me visitase en mis condiciones. Pero cuando su rostro se asomó tras la puerta, comprendí que ella tenía todo el derecho de ir a verme. 
             Me levanté del asiento y caminé hacia ella con seguridad, mostrandole que aún seguía perteneciendo a la realeza, apesar de estar encerrada en una pequeña celda.
              _ Resulta satisfactorio verte a través de estas rejas. _ Soltó con sarcasmo. 
         _ No esperaba verte, Kendra.
                _ Veo que recuerdas mi nombre._ Comentó con frialdad.
                ¿Cómo iba a olvidarla? Uno de los antiguos. Una de las hijas de la noche con más de quinientos años de existencia, y el miembro más leal de Daniels. Desconozco su historia porque nunca le pregunté. Supongo, que si él aún siguiera con vida, seguiría sin saber de su pasado. Pero de lo que estoy segura es que desde que sus lazos se cruzaron, ella le fue fiel hasta su muerte. Se rumoreaba que ella se teñía el pelo con la sangre de sus víctimas. Por esa razón, se había convertido en un miembro importante de la Orden. Ser capaz de matar a otro hijo de la noche sin ningún tipo de escrúpulos. Esa era la razón por la cual era considerada como la más temible del Aquelarre.  
                _ Has sido muy mala. _ Dijo con aires juguetones._ Y pronto serás castigada por ello.
                  _ Dudo que hayas venido para decirme algo que ya sé, querida._ Contraataqué.
                Torció una sonrisa llena de sarcasmo, mientras en su mirada el odio estaba reflejado. Aún seguía culpándome de su muerte. No se equivocaba. Si nuestros caminos no se hubiesen cruzado, tal vez, él seguiría vivo.
                _ La Orden habla muy bien de tu perrito faldero._ Informó.
                 _ Ah, ¿en serio?
                ¿Qué pretendía?
                _ ¿De verdad no estás preocupada?_ Preguntó mientras me miraba extrañada.
                _ ¿Debería estarlo?
                Se echó a reír divertida. Su comportamiento estaba empezando a sacarme de mis casillas. Si no hubiese sido por aquellos barrotes de plata, yo ya habría tenido su cabeza arrancada entre mis manos.
                _ Vas a morir y nadie te va a salvar. Tú perrito faldero te ha abandonado en el corredor de la muerte._ Volvió a echarse a reír.
                _ Deberías dirigirte a mí con el respeto que me  merezco._ Le repliqué, demostrandole que yo  seguía siendo la que mandaba, apesar de la situación en la que me encontraba._ Aún sigo siendo la princesa de la oscuridad, no lo olvides._ Le gruñí. 
            _ Dejaste de serlo cuando incumpliste las normas que Daniels creó por el bienestar de nuestra sociedad. _ Comentó con  rabia.
                _ Esas normas han sido malinterpretadas por la Orden y ambas lo sabemos. Nunca serán las creadas por Daniels.
                _ No tienes derecho a pronunciar su nombre._ Me culpó.
                Rápidamente deslizó su brazo entre los barrotes y me agarró del cuello con todas sus fuerzas. 
              Percibía el aroma de su piel chamuscándose por el tacto de la plata. Ni siquiera el dolor que ello le producía, hacia que ella me soltase.
                _ Sería capaz de matarte ahora mismo pero la Orden me daría caza si lo hiciese.
                Me soltó de repente, a pesar, de que en su mirada estaba reflejada las ansias de arrebatarme la vida.  Me odiaba tanto, como yo a ella.
                _ Pronto podrás disfrutar de mi muerte._ Le aseguré.
                No contesto. Se volvió y desapareció de mi vista. 

2 comentarios:

Carol Simmer dijo...

¡Katrina! Ya tenía ganas de verla, lástima que no haya podido arrancarle la cabeza a la vampiresa por los barrotes de plata >_< muy convencidos están ellos de que Katrina va a morir y su discípula le ha abandonado...pero no...la que les espera cuando la liberen muahaha! Ya tengo ganas de saber que pasará, y como piensa salvarla Siera. ¡Sigue así wapa! y actualiza pronto que me entra el mono xDDD
Por cierto ya te agregué como afiliada a mi blog! Gracias por el banner! ^^

Noemy dijo...

Sinceramente, no tenia pensado añadir un capitulo de ella hasta el final pero en el ultimo momento se me ocurrió añadir un relato suyo y así mostrar donde se encontraba. Me alegro que te haya gustado. Si hubiese encontrado una pose de un sim sin cabeza... jajajaja no habria dudado en usarla. Habría estado bien. jejeje.

Por cierto, voy a intenar añadir tambien tu banner y el de Nerferati a mi blog. jejeje.

Nos vemos, Besos.

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