Hola a tod@s.
Aqui traigo el siguiente capitulo de Vampira Novata 2, para ser exactos el capitulo 7. Si os habéis estado preguntando que había pasado con tía Eliss durante estos siete últimos años, aquí esta la respuesta jajajaja. Espero que os guste. He tardado en darle algún que otro retoque a las fotos pero al final he conseguido darle el efecto que buscaba. :). Espero que disfrutéis de este capitulo. Y...............................................................

BESOS A TOD@S.
CAPITULO 7 (ESPECIAL ELISS)

Linkin Park: The Little Things Give You Away

             A pesar de estar amaneciendo yo sentía que a mi alrededor solo podía hayar nada más que una extraña y peculiar oscuridad. Ni siquiera conocía la razón que me había impulsado para estar en aquel lugar.
 En el cementerio, frente a una pequeña lápida donde recientemente habían dejado unas rosas rojas. 
 Por más que leyera el nombre de la lápida: “Siera Worfil”, no lo reconocía. ¿Qué demonios estaba haciendo delante de una tumba de alguien a quien no conocía?
             _ No me olvides.
            Esa voz, ¿de dónde procedía? No había nadie a mi alrededor, estaba sola pero la escuchaba como si estuviera lo suficientemente cerca para erizar mi piel. Extrañamente, sentí el impulso de levantar la mirada hacia una gran lápida de piedra blanca que se encontraba a un metro de distancia. Dos sombras oscuras comenzaron a surgir de aquella piedra mientras lentamente se formaban hasta que delante de mí se encontraban dos adolescentes completamente distintas que me miraban con cierta pena en sus miradas. 
 Cuando quise darme cuenta la otra joven comenzó a desvanecerse delante de mis ojos hasta que al final solo quedó una. 
¿Quién era esa joven? ¿Por qué me miraba de aquella forma?
            _ Recuerda._ Dijo con tristeza.
¿Qué tenía que recordar?
Cayó al suelo de rodillas, suplicando con desesperación mientras repetía una y otra vez la misma palabra, “Recuerda”.
 Comenzó a gritar con desesperación pero era incapaz de escuchar sus gritos, como si algo me lo impidiera. 
 Podía ver la angustia en su mirada aunque no pudiera expresarlo con palabras.
Pero lo más curioso de todo era cuando observaba fijamente sus ojos. Me recordaban tanto a ella, incluso, tenía un cierto aire que me recordaba a mi querida y difunta hermana pequeña. 
 Cuanto la echaba de menos. Cuanto la necesitaba a mi lado pero por más que lo deseara ese deseo nunca se cumpliría.  Sin embargo, aunque me lastime recordarla, lo haré hasta el último segundo de mi vida.
_ "Recuerdala"_ Volvió a susurrar. Podía sentir su presencia a pesar de no poder verla con mis propios ojos. 
¿A quién tenía que recordar? 
Instintivamente, desvié la mirada hacia la joven que acaba de levantarse. Me miraba fijamente como si me conociera mucho mejor que yo misma. Incluso, podía ver nostalgia en sus ojos. ¿Por qué me miraba de aquella forma?
                                
        _ Recuerda._ Dijo con tristeza.
 Comenzó a gritar con desesperación pero era incapaz de escuchar sus gritos, como si algo me lo impidiera. Podía ver la angustia en su mirada aunque no pudiera expresarlo con palabras.
segundos más tarde comenzó a desvanecerse como una hermosa brisa fresca en verano mientras sus ojos seguían exclamando las mismas palabras que sus labios habían estado pronunciando durante todo el tiempo. Pero ahora sus labios estaban sellados. 
 _ No olvides.
¡Esa voz! Era inconfundible. No había perdido esa dulzura que tanto añoraba de ella.  Aunque solamente fuese en sueños, quería volver a verla pero cuando volví la mirada hacia el lugar donde procedía pero ella no estaba ahí por más que lo deseara, no podía volver a verla.
Con el corazón lastimado, desvié la mirada pero ya era demasiado tarde. La joven también se había desvanecido, dejándome sola en aquel cementerio rodeado de un ambiente ciertamente siniestro pero a la ver con un aire nostálgico. Y entonces, era cuando abría los ojos para despertar de aquel sueño.
            Últimamente se repetía. Como si estuviera intentando decirme algo o mostrarme algo que era incapaz de ver. 
 Ni siquiera podía encontrar algo de lógica que pudiera explicar cómo me sentía cuando me despertaba. Una sensación que solo experimentaba en el mismo momento en que abría los ojos. Soledad, una extraña pero inmensa soledad que crea un inmenso agujero en mi pecho. Y sé que no se trata por su ausencia, sino que se trata de algo más. Pero… ¿por qué soy incapaz de verlo? Quizá solo es producto del agotamiento. 
                                       
En estos últimos siete años me había entregado a cuerpo y alma al trabajo. Sin ninguna razón aparente, no me importaba hacer horas extra. Y todo por intentar llenar ese maldito vacio que llevo sintiendo durante todo este tiempo y que no consigo quitármelo con nada.
            Aún no había amanecido del todo, aún seguía siendo de noche, cuando crucé la puerta para dirigirme al trabajo. Por el camino recibí la llamada de mi compañero.
            A tan solo un par de manzanas se encontraba la casa donde había ocurrido la desgracia. Una mujer había sido hallada muerta. Cuando entré en la habitación, comprendí que mi trabajo puede llegar a convertirte en una persona completamente distinta. Es por culpa de mi trabajo.
            Mi compañero ya me estaba esperando en la escena del crimen. 
 Todo estaba cubierto por sangre, incluso, su aroma envolvía el ambiente de tal manera que aún podía sentir a la muerte lo suficientemente cerca para estremecer mi alma.
            _ ¿Qué tenemos aquí?_ Le pregunté a mi compañero, Marcus, que aún seguía observando el cadáver a pesar de estar cubierto por una manta blanca.
            _ Es lo mismo que en los anteriores crímenes. Dos minúsculos agujeros en el cuello, la piel desgarrada,…. Ha muerto desangrada como en las otras víctimas._ Explicó desolador.
             Mientras él me informaba de los detalles, yo observaba la habitación. Buscaba pruebas, pistas que me apuntasen hacia el autor del crimen. 
    _ Hay signos de lucha. La víctima debió resistirse pero el asesino resultó mucho más fuerte de lo que esperaba. _ Dejé que un suspiro agotador saliese de mi cuerpo sin darme cuenta._ Otra vez nos encontramos en un callejón sin salida.
            Apenas teníamos pistas en estos crímenes. El asesino era demasiado cuidadoso como para dejar alguna prueba que nos llevará hacia él. Ni siquiera, las víctimas tenían algo en común, y mucho menos estaban relacionadas entre sí. Por más que buscase alguna prueba que me condujera por el buen camino, siempre acaba estrellándome contra un muro.
            _ Esta vez, el asesino nos ha dejado un buen regalo._ Soltó.
             _ ¿Qué?_ Me volví sorprendida.
            _ El asesino nos ha dejado su ADN debajo de las uñas de la víctima.


            DOS DÍAS DESPUÉS

            Desde que habíamos mandado las pruebas de ADN al laboratorio para que fuesen analizadas, no había podido dormir. 
 Tampoco es que pudiese dormir con aquellos sueños, pero había estado inquieta como una niña a la espera de recibir un regalo que ya se espera.
            _ Deberías descansar un poco._ Dijo Marcus al mismo tiempo que aparecía a mi lado, mirándome de aquella manera que tanto me desquiciaba. Odiaba que se preocupara por mí más de la cuenta, ya que era consciente de sus sentimientos hacia mí y ya me sentía demasiado culpable rechazándolo como para permitirle que se preocupara. 
              _ Déjalo ya._ Le pedí amablemente.
            _ Como quieras._ Apartó la mirada de mí, puede que le doliese más mis palabras que el simple rechazo pero no iba a mencionar ese tema._ Acaban de llegar el informe del laboratorio y…_ Se detuvo, pensando. Lo que demostraba que algo no andaba bien._ Será mejor que vayas a hablar con el viejo jefe. 
            Me levanté del escritorio sin replicar. No estaba de humor para discutir. 
 Solo caminé alejándome de él, hasta que cruce la puerta que me llevaba a la oficina del comisario. Éste me esperaba delante del ordenador.
             _ ¿Qué ocurre?
            No quería perder más el tiempo. No quería ir con más rodeo. Quería saber lo que estaba ocurriendo, y nada más.
            _ ¿Has leído el informe del laboratorio?_ Preguntó seriamente.
            _ No. Marcus no me ha facilitado esa información pero me ha pedido que venga a hablar contigo por una razón que desconozco. Ahora, me gustaría saber el motivo por el cual me encuentro aquí perdiendo el tiempo y no buscando a un asesino en serie.
          Levantó la mirada alterado por mi actitud pero en menos de un segundo se relajó.
            _ Será mejor que te sientes._ Pidió.
            _ Dime lo que tengas que decirme.
            _ El informe de los análisis dice que el ADN encontrado en la escena del crimen podría pertenecer a un familiar tuyo. ¿Entiendes?
            _ Eso es imposible.
            ¿Un familiar? Todos los miembros de mi familia habían muerto, dejándome sola en este mundo.
            _ Sabes como yo que eso es imposible. Mis padres murieron cuando yo era pequeña, dejándonos a mi hermana y a mí completamente solas. No teníamos a nadie y fue la razón por la que estuvimos en varias casas de acogidas hasta que al final cumplimos la mayoría de edad. Y mi hermana…, murió hace muchos años y no tuvo un hijo. Es imposible que esa sangre pueda pertenecer a un miembro de mi familia. Es imposible que…
               _ De todos modos, se ha averiguado que la sangre pertenece a una joven que se hace llamar Shaly Stoom. _ Informó.
            El nombre de mi hermana.
            _ ¿Cómo has dicho?
            _ De todos modos no tenemos jurisdicción en la ciudad de Bridgport por lo que debemos buscar otra vía para resolver este maldito caso._ Explicó.
            _ Debes estar de broma. Llevamos meses con el caso y ahora que tenemos a un sospechoso me dices que lo ignoré.
            _ Será mejor que te tomes unos días de descanso._ Sugirió con amabilidad.
            _ ¡No!_ Le grité. El trabajo era lo único que me quedaba. Era lo único que me impedía pensar en esa maldita soledad que durante tanto tiempo me ha estado acompañando, y ahora, ¿me pedía tomarme unas vacaciones?_ Me niego.
             _ Es lo mejor en estas circunstancias.
            _ ¿Y quién se encargará del caso?
            _ Marcus se encargará. Tú solo descansa. Vete de vacaciones a una ciudad, a un bonito lugar, o incluso, a una playa donde puedas desligarte del trabajo. ¡Es una orden!_ Gritó._ Y si no estás de acuerdo con mi propuesta te sugiero que dejes tu placa y tu arma encima del escritorio.
            _ ¡Vale, como quieras!
            Me volví, dándole la espalda y salí de su oficina para colocarme nuevamente en el tablón donde estaba recogida toda la información de los casos que estaba llevando. ¿De verdad tenía que tomarme unas vacaciones por un estúpido análisis que…? 
             _ “Recuérdala”_ Susurró.
            Otra vez su voz.
            _ Hola, detective._ Dijo una mujer a mi espalda. 
             _ No esperaba verla tan pronto.
            Una psicóloga que recientemente había llegado por orden directa de los mandamases de arriba para ayudarnos en los momentos más difíciles, o lo que yo opino, en dar el coñazo y nada más que el maldito coñazo.
            _ No vino a mi despacho para charlar.
            _ Puede seguir esperando sentada si es lo que desea porque no me va a ver el pelo durante una temporada._ Comenté malhumorada. 
         _ Entiendo._ Hizo una breve pausa._ Le aconsejé al comisario que le diera unas vacaciones forzadas por su bien, por supuesto.
            ¿Cómo tenía el descaro de admitirlo?
            _ Antes de sugerir una idea como esa debería estar al tanto de los casos que llevo._ Estaba a punto de mandarla a la luna de una gran patada en el trasero.
            _ Cuando le apetezca hablar, no dude en pisar mi despacho. La estaré esperando._ Dijo mientras torcía una sonrisa un cierto despiadada. Se apartó de mi lado y se dispuso a caminar hasta que se detuvo para dilatarme con sus palabras._ ¿Cómo lleva lo de los sueños? ¿Siguen siendo frecuentes?
                No contesté, solo me volví hacia el tablón mientras ella desaparecía de mi vista.
                 _ Los sueños, son solo sueños. No lo olvide.
             Escuché como el sonido de sus tacones se alejaba hasta que por fin despareció. Esa mujer me ponía de los nervios. No soportaba esa actitud de superioridad. 

            UNA HORA MÁS TARDE

            Volvía a una casa grande y vacía, sin que nadie me esperase al otro lado con una amplia sonrisa. Ni siquiera nadie iba a preguntarme como me había ido el día. 
 Solo silencio, un aterrador silencio. Solo soledad, y nada más que soledad en aquella casa que cada vez se hacía complicado vivir en ella. Ni siquiera recordaba la razón por la cual decidí quedármela cuando mi hermana murió. Debería haberla vendido. Debería estar viviendo en un lugar más pequeño que no me diera tanta fobia. Crucé el salón, subí por las escaleras y cuando quise darme cuenta me encontraba en el baño. Había estado absorta con mis pensamientos que no me había dado cuenta como había llegado hasta ahí. Necesitaba relajarme, olvidarme de todo. Abrí el agua, dejando que el agua mojase mi mano y, volviendo a recordar nuevamente aquellas palabras.  
              “Recuérdala”.  Repetí aquella palabra una y otra vez, quizá para encontrarle algún significado pero… ¿podría estar relacionado mi sueño de alguna manera con el informe de los análisis? Y ¿Si, en verdad, aún tenía a una persona a la que poder llamar familia? Y ¿Si al final no estaba sola como yo me pensaba? Podría buscar a esa persona. Podría hallar las respuestas que tanto deseo que sean respondidas. 
 Siento como si algo me faltase pero… ¿el qué? ¿Qué es lo que no veo? ¿Por qué me atormento de esta manera? ¡Se acabó! Buscaré a esa persona, encontraré un significado a ese maldito sueño y dejaré de sentirme tan vacía.   
Aqui traigo el capitulo 5 de esta historia. Es un poco largo y es completamente distinto a lo que se ha visto en capitulos anteriores. ^^
 Os dejo con un pequeño montaje que he hecho con los personajes (antiguos, nuevos y los que vendrán más adelante) de esta historia. Espero que os guste.

        

        ¿Dónde demonios me había llevado esta mujer? Si a plena luz me resultaba el lugar siniestro, mejor no pensar como sería durante la noche. 
        ¿Nunca iba a librarme de frecuentar los sitios más espeluznantes y siniestros de la ciudad? De alguna manera, siempre conseguía pisarlos por más que me negase a hacerlo.
                _ Este sitio te va a encantar._ Comentó Lily ilusionada. 
                    Le habría preguntado como conocía un lugar como ese pero ella se adelantó respondiendo a una pregunta que mis labios no hicieron.
                _ Una compañera de trabajo me trajo aquí hace unos meses. A primera vista parece aterrador pero dentro se puede respirar el ambiente de la fiesta._ Explicó divertida._ Ya lo verás. Este lugar es… increíble.
                Yo habría dicho aterrador, escalofriante,… cualquier palabra hubiese sido perfecta en vez de la que ella usó para aquel lugar.
                _ ¿Has visto la estatua? Se rumorea que el dueño del club la trajo desde Italia y tiene un valor incalculable.
                  Incalculable era cierto pero por lo antigua que era.
                Al bajar las escaleras supe que pocos humanos se hallaban dentro. 
             Podía percibir la presencia de seres cuyos corazones dejaron de latir desde hacía más de cincuenta décadas. Pero lo más extraño no era ver a vampiros andar por el club sino la forma de comportarse, como si fuesen simples mortales. ¿De verdad un vampiro puede fingir ser un mortal? Una pregunta cuya respuesta no me importaba. Habría sido capaz de abalanzarme sobre ellos con estaca en mano y clavársela pero eso habría arruinado la noche.
                Antes de darme cuenta, Lily caminaba hacia la barra. 
               Sin dudarlo, yo la seguí sin dejar de observar el local y a todos los que se encontraban dentro.
                _ Un Cosmopolitan bien cargado._ Pidió Lily al barman. 
                _ Y ¿Tú guapa? ¿Qué quieres tomar? Te invito.
                ¿Estaba ligando conmigo?
                _ Pierdes el tiempo.
                _ Ok.
                El barman era un simple mortal. Un joven de tez oscura con un tatuaje en su brazo para así dar la apariencia de chico duro.
 Lily le observaba con ojitos de osito amoroso. Aunque no la conociera, estaba segura que ella deseaba hincarle el diente. Pasé de la escena como si conmigo no fuese el asunto.  Pero aún así, mis ojos estaban más concentrados en el esqueleto decorativo que tenía a su espalda. 
 Y eso fue lo que le dio una señal equivocada al barman que no dejaba de sonreírme. ¡Menudo idiota!
                _ Venga, tomate una copa. Te invito._ Insistió Lily.
                    ¿En verdad no se le ponía los pelos de punta al estar allí? Actuaba como si se tratara de otro club más de la ciudad. Esta mujer ignoraba a los vampiros que la rodeaban.
                De pronto observé un pequeño escenario que me había estado dando la espalda. 
Y unos nostálgicos recuerdos cruzaron mi mente. La misma noche que mi vida cambió, fue la misma que escuché por primera vez a Tom tocar aquella canción. 
 Supe al escucharla que esa canción en realidad era un mensaje que provenía de su corazón. Una canción, que seguramente, había tocado en numerosas ocasiones a esa persona a quien yo le recordaba.
  Es extraño pero hasta ahora no me había preguntado quien era esa persona. Dime Tom, ¿Quién era esa persona a quién estaba dedicada la canción que tocabas tu última noche de vida?
             Me gustaria poder volver a escuchar esa melodia. Me encantaría poder volver a revivir aquel momento una y otra vez para así mantenerte con vida, porque dejaste un vacio en mi pecho que dificilmente podrá ser llenado con otra persona. Y aunque toque la misma canción que tú, no será lo mismo. Tú conseguías envolver esa dulce melodía con aquel sentimiento del que nunca pudiste desprenderte. Pero esa canción seguirá en mi memoria, junto con los años en lo que los dos estuvimos juntos.
                _ Tocas muy bien._ Comentó Lily a mi lado._ ¿De quién es?
                _ De alguien importante.

MINUTOS MÁS TARDE

                  Pasaban los minutos, incluso, me atrevería decir que horas. Y cuanto más tiempo pasaba, no podía dejar de preguntarme a mi misma que demonios seguía haciendo en aquel lugar. 
 No quería dejar tirada a Lily después de insistir en salir a celebrar que éramos vecinas (por cierto, una gran estupidez) pero cada vez me sentía más y más incomoda estando en el mismo lugar que aquellos seres. Y por si fuera poco, uno de ellos estaba bailando con ella. 
Por el momento solo podía observarla, vigilar que ese maldito vampiro no se la llevase a un lugar apartado para clavar sus colmillos. 
                 De repente, un hombre extraño apareció en medio de la pista de baile, mirándome fijamente como si me conociera. 
Su cabello era negro como la noche, sus ojos de un claro capaz de resplandecer en aquel oscuro lugar, y en su cuello estaba marcado por un extraño tatuaje. 
 Y de la misma manera en la que apareció, desapareció. Se esfumó como si hubiese sido producto de mi imaginación.
 Estar más tiempo en aquel club me estaba enloqueciendo. Sin embargo, aún no podía irme y dejar a Lily rodeada de esos seres. Pero cuando volví la vista hacia ella, vi que se encontraba bailando con un mortal. 
 Todos los vampiros se habían esfumado de repente, como si hubiesen sentido el peligro rodeándoles.
                No me importaba cuales habían sido los motivos por los que habían salido despavoridos. Era mi oportunidad para salir sin remordimientos, sin preocuparme de su seguridad. Y la verdad… es que ella tenía otra cosa en mente por la forma en la que coqueteaba con aquel hombre. 
                 Después de salir del club, estuve caminando por la ciudad mientras me juraba a mi misma no volver a un lugar como ese. 
 Al menos que llevara un par de estacas en ambas manos. Entonces, no me importaría volver. Si alguno de ellos hubiese atacado habría tenido que improvisar y montar un espectáculo del que dar explicaciones después. Lo que hubiese significado tener que mudarme a otra ciudad. Como cazadora que soy, no debo ser vista en acción. 
A LA MAÑANA SIGUIENTE

                A la mañana siguiente, Lily apareció en la puerta de mi apartamento. Y sin decir nada, me sacó arrastras para minutos después estar enfrente de un salón de belleza. ¿Qué le pasaba a esa mujer?
                _ Este lugar te va a encantar, ya lo verás. Hay ropa muy buena de gran calidad. Vengo muy a menudo y por ser modelo consigo grandes descuentos porque la dueña tiene un contrato con la agencia en cuanto a la ropa._ Explicó sin dejar de sonreír ilusionada. ¿Era mi imaginación o me estaba tratando como una barbie?
               Antes de poder preguntarle por qué tanto empeño, ella ya estaba cruzando la puerta del edificio.
 Respiré profundamente, e intenté no mostrarme desagradecida. Al fin de cuentas me había regalado bastante ropa sin que yo se la pidiese y… se había empeñado en llevarme de compras. ¡PERO YO ODIO Y ODIARÉ IR DE COMPRAS! Soy de esas personas que si entran a una tienda de ropa es porque ya tiene una idea en mente de lo que quiere.
 Además, a mi no me va los vestiditos y mucho menos las minifaldas como la que le robé a la enfermera. Prefería llevar ropa cómoda por una buena y única razón. Dudo que pueda dar una pata llevando puesta una minifalda, y más difícil, con un vestido. Por esa razón prefiero llevar ropa mucho más cómoda. También es porque… siempre he usado ese tipo de ropa. Cuando era niña, Tom me compraba ropa y… no estaba muy al tanto de la moda. Tampoco es que me importase.
                Lily se colocó delante del mostrador con aires de grandeza.
 ¿Así se comportaba una modelo? Y ¿Por qué se comportaba con aires de grandeza? En menos de un minuto había dejado de ser la chica que unas horas antes había conocido.
                _ ¿Podría decirle a Sasha que  he llegado?
                _ ¿Su nombre?
                       _ Lily Soonth._ Respondió con firmeza.
                El recepcionista agachó la mirada para leer una pequeña lista que tenía oculta tras la caja registradora.
                _ Lo siento, pero su nombre no se encuentra. Si quiere ver a la señorita Sasha tendrá que pedir cita o no la podrá atender.
                _ ¿Quién ha dicho que debo estar en esa lista?
                _ Vaya sorpresa, querida._ Dijo la voz de una mujer que apareció bajando las escaleras._ Kriss, ella no necesita cita. 
                Una mujer, que a pesar de la edad, intentaba a toda costa aperantar una juventud que no tenía. Vestía a la última moda con elegancia, y su corte de pelo le daba un aire sofisticado. 
 Pero no era su apariencia la que más me captaba la atención, sino la manera de comportarse. Actuaba, hablaba y se movía con clase, como si de ello dependiera su trabajo y su vida.
                 _ Ella es un cliente especial, Kriss._ Le explicó al joven recepcionista que no parecía enterarse de nada de lo que estaba ocurriendo. Para mí que era muy poco espabilado.
               Las dos se fundieron en un abrazo un poco presuntuoso.
                _ No esperaba verte tan pronto, querida.
                _ He venido por una amiga. Ella es Beth._ Nos presentó.
                _ Encantada de conocerte. Eres muy guapa ¿lo sabías?_ Dijo con un cierto tono pijo.
                ¿En qué lugar me había metido Lily? Estaba empezando a sufrir los síntomas del sueño extremo, por no decir, que la incomodidad y el deseo de salir corriendo me estaban recomiendo por dentro.
                _ Necesita renovar todo su vestuario.
                Podía haber dicho que necesitaba un vestuario que renovar en un futuro, ¡Si toda la ropa que tenía hasta el momento era de ella!
                _ Sírvete._ Dijo sin dejar de torcer una sonrisa que para mí era de lo más falsa._ Kriss, el descuento del 30 por ciento.
                _ Si, señora._ Respondió sin preguntar el motivo de esa orden.
                _ Vamos, a ver._ Dijo Lily.
                Caminó hacia la zona donde se encontraba la ropa más cara, o por lo menos esa era la impresión que tuve cuando en la otra parte del local habían grandes letreros que indicaban que los artículos estaban rebajados de precio. Anduvo observando la ropa mientras yo actuaba como una estatua. 
 Solo observaba como ella se divertía como una niña pequeña buscando vestidos para su muñeca (esa sin duda era yo).
                _ Este debe sentarte genial._ Hizo una breve y corta pausa._ Oh, dios. Me encanta este vestido. Ah, y este es precioso.
                Cogí un vestido, después otro, después un sueter, unos vaqueros,... hasta que cuando quise darme cuenta ella mantenía una gran cantidad de ropa entre sus manos.
                _ Vé y pruébatelos. _ Ordenó.
                _ “Y ¿saldremos pronto de aquí?”_ Pensé.
                Me empujó hacia los probadores pero me desvié de la trayectoria para colocarme delante de un espejo donde las dos nos veíamos reflejadas.
                _ Debes confiar en mi criterio para la moda, soy una experta en el tema.
                _ Si no lo dudo pero…_ El problema se encontraba en los diferentes tipos de gusto que a ambas nos diferenciaba. Ella prefería un hermoso y escotado vestido corto mientras que mi idea de moda se hallaba en un par de pantalones y un suéter.
                _ Pruébate la ropa. No pierdes nada._ Insistió.
                Ahí tenía razón. No perdía nada por cambiarme unas cuantas veces de ropa.
                Cuando quise darme cuenta, me estaba divirtiendo. Posando ante ella como si fuera una modelo.
 Vistiéndome y desvistiéndome una y otra vez, sin dejar de reírnos por lo divertido que resultaba hacer un pase de modelos. No sabría decir las veces que me cambié de ropa. 
                _ ¿Seguro que no trabajas en la publicidad como modelo?_ Preguntó Sasha que apareció detrás de mí._ La ropa te sienta muy bien, incluso, parece ser echa a tu medida. Tienes el cuerpo perfecto para llevar cualquier vestido que se te presente. 
                _ Esta preciosa._ Comentó Lily._ ¿Qué dices?
                _ Supongo que…, bueno,…
                _ Nos lo llevamos._ Respondió con seguridad.
                ¿Nos lo llevamos? Pero que…
                _ Señorita Sasha, tiene a la señora Bedinfil esperando en su despacho. 
                De la nada, apareció una joven rubia.
                _ Muy bien.
                La joven se alejó sin apenas dedicarnos una sonrisa. Su rostro era dulce pero su actitud no lo era tanto. Actuaba con cierta frialdad, ni siquiera nos dedico una mirada, como si no hubiesemos estado ahí cuando ella apareció.
                _ Lo siento, querida pero ahora debo atender unos negocios.
                Se alejó dejándonos solas. Pero no tardamos más tiempo de lo necesario porque a los pocos segundos estábamos en el mostrador haciendo cuentas con el dependiente. 
 Después de pagar, tuve que entrar nuevamente en los probadores para volver a cambiarme de ropa.

                           MINUTOS MÁS TARDE

                A pesar de estar a unos pocos metros de distancia de la puerta del apartamento, aún no podía respirar aliviada. No era que Lily me callera mal pero… ella tenía una personalidad que chocaba con la mía. En otras palabras, ella era lo que se podría decir una chica normal y no una rara como lo era yo. Rara en el sentido de ser una autentica cazadora que mata a todo bicho o ser sediento de sangre que aparezca en el camino, y eso se podría considerar como un día divertido para mí. Al fin de cuentas era la vida que una vez escogí y… nunca me arrepentí de aquella decisión. Sin embargo, las palabras de Tom en aquella carta “Empieza una nueva vida. ¡Vive!”, espero que no se refiriera a estar siempre yendo de compras o pasarme las horas muertas en un salón de belleza para tener un cutis perfecto, porque sería una broma de muy mal gusto. Pero… ¿esa era la vida que él deseaba para mí? ¿Ser una chica normal y corriente?
                Lo siento,  Tom pero no puedo cumplir tu último deseo.
                _ Mañana podrías acompañarme a una sesión fotográfica. Estoy completamente segura que a Vincent no le importara hacerte un book de fotos si se lo pido.
                Había estado hablando durante todo el camino de vuelta y lo último que escuché fue lo de hacerme una sesión de fotos. ¿En qué demonios estaba pensando esta mujer?
                _ Lo siento, de verdad, pero no creo que sea una buena idea._ Intenté no ser grosera.
                Las puertas del ascensor se abrieron, dejándome vía libre a la salvación. (Sí, soy una exagerada por comportarme de esa manera pero lo que en verdad necesitaba era algo de espacio). 
                Ella se colocó delante de su puerta mientras yo abría la mía y saboreaba el dulce sabor de la soledad.Era algo que necestiba en esos momentos. 
                   Salimos del ascensor y cada una tomó su camino. 
                _ Nos vemos mañana a las ocho. _ Dijo segundos antes de cerrar la puerta y esconderse en su apartamento. Seguramente lo hizo para que yo no pudiera negarme.
                Por fin pude suspirar aliviada. En veinticuatro horas había ido a lugares que nunca antes había pisado y hecho cosas que nunca antes había hecho. 
 Había ido a un club frecuentado por vampiros, a un salón de belleza, me había comprado cantidad de ropa en la que incluía vestiditos, y… ¡me había divertido! Para que engañarme a mí misma. Por primera vez había vivido como una chica normal y me había gustado.  
 Sin embargo, no podía acomodarme a este nuevo estilo. Aún tenía algo que hacer. Aún tenía que buscar respuestas.
     Cuando  más cómoda me encontraba en la cama, tocaron a la puerta. 
               _ Tenemos que hablar._ Dijo Steve al otro lado de la puerta.
                No podía haber aparecido en  mejor momento. 


 CONTINUARÁ EN................. CAPITULO 6: PERSEGUIDA

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